lunes, 5 de mayo de 2014

Políticas Sociales

Después de meses de gobierno de la Nueva Mayoría, llegar al poder luego de tanto debate en base a lo que Chile necesita, en su gama de partidos políticos y sin fin de propuestas me pregunto siempre ¿qué es lo que quieren hacer de nosotros? Creo que lo importante no son los políticos, si no cual es la visión que tienen para el país y sus ideas para concretar esto. Viendo las políticas sociales de los últimos años, encontramos desde un recetario con comidas por $2.000 hasta casas “chubi” para que puedan vivir 4 personas. Esto es una ironía y es que nunca ha importado la bandera política que se levante, las políticas públicas en sí, no han variado en su trasfondo.

En los años 80 nació una nueva política “social” que se enfocaba en entregar viviendas a las personas más pobres. Se compraban suelos en la periferia de la ciudad porque eran mucho más baratos. De esta forma se urbanizaban y así aumentaba el valor del suelo en el mercado. La gran disyuntiva de estos emplazamientos es que se encontraban lejos de colegios, hospitales y lugares de trabajo lo que aumentaba su exclusión social. Estas políticas de viviendas sociales se han mantenido hasta hoy, tomando fuerza para “erradicar” los campamentos y la pobreza en general.

El asunto en cuestión aquí es que muchas de estas poblaciones que nacieron con el propósito de entregar una vida más digna y disminuir el índice de pobreza, aun siguen siendo excluidas y vulnerables socialmente. Incluso teniendo una propiedad “solida” pueden ser menos pobres para las estadísticas, pero no para los vecinos de sus barrios. ¿Es quizás una vivienda lo que da pie para salir de la pobreza? En muchos casos puede que si, pero aun se siguen viendo las viviendas sociales como campamentos, solo que cambió la madera y el cartón, por unos ladrillos y rejas.


Lo que no hemos visto hasta el día de hoy en la política y en los diferentes gobiernos son proyectos que busquen la dignidad de las personas, en vez de disminuir las estadísticas. Y es que la pobreza tanto económica como mental, se termina cuando se les da honra a las personas, porque con la honra viene la esperanza, las personas son activadas en su interior. Nacimos para esforzarnos, pero como humanos nos batallamos por lo que creemos que merece el esfuerzo, ¿quién puede trabajar con un objetivo de tener un departamento donde los vecinos escuchan hasta el programa de televisión que están viendo? Las políticas públicas sociales no deben ser para subvencionar a la gente, sino que deben estar dirigidas para que se puedan desarrollar. Necesitamos levantar a las familias, no dándoles peces, sino que enseñándoles a pescar con honra creyendo en lo que son, cambiando la mentalidad de exclusión y conformismo.

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